"Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él"

Juan 14, 23

El espíritu contemplativo de Madre Cherubine Willimann, fundadora de nuestra Congregación, la impulsó a la más alta entrega en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Por ello, se enraizó en la Orden de Santo Domingo. Es así que vivimos en la tradición de la Orden Dominicana, según la regla de San Agustín.

Con su amor a la sencillez, con su amor a las personas
como son, con su amor a los lugares a donde Dios la llamó y en su modo tan
positivo de olvidarse así misma nos anima con intensidad y fortaleza a vivir lo
que estamos llamadas como comunidad, vivir EL AMOR QUE SANA, una con la otra y con los demás. 

Nuestra vida es consagrada totalmente a Dios. Vivimos en comunidad según los consejos evangélicos: Castidad, Pobreza y Obediencia. Como hermanas Dominicas, buscamos actuar con fidelidad a los cuatro pilares de la Orden de Predicadores: Oración, Estudio, Vida Comunitaria y Apostolado.

Celebramos diariamente la Eucaristía, rezamos juntas la Liturgia de las Horas de la Iglesia, procuramos el encuentro con Dios en la oración personal, el silencio, la meditación y contemplación.

Nos esforzamos por conseguir una profunda inteligencia de la fe por medio del estudio de la Sagrada Escritura y la enseñanza de la Iglesia. En nuestro contacto con la sagrada escritura reconocemos cada vez más el rostro del Señor, comprendemos sus designios y conformamos con Él nuestra vida.

Actuando con fidelidad, desde nuestra esencia como Dominicas, buscando la salvación de las almas, nos entregamos a disposición de la Iglesia a través del trabajo apostólico.

La Espiritualidad nace del carisma-espíritu de la congregación, conjunto
de actitudes, rasgos y elementos doctrinales y experimentales que constituyen
el modo de ser y de hacer, es un estilo. 

La activa presencia en la Iglesia encarnada en el mundo debe hacerse siempre desde la propia identidad. Sólo cuando se es lo que se debe ser, puede hacerse lo que se tiene que hacer. 

El Dios escondido en el Santísimo Sacramento es el centro de nuestra vida religiosa.

Madre Cherubine