Formación permanente
Así como la formación permanente es evidente en el campo profesional, igual es preciso e importante, seguir perfeccionándose en lo espiritual. Caminar por el camino de la fe con fidelidad, incluye un crecimiento humano y religioso.
Estamos abiertas para las ayudas, que se nos brindan de manera múltiple. La maduración de la persona en un proceso de por vida, que llega a su fin recién en la muerte. Cada etapa de la vida, también la vejez avanzada nos ofrece posibilidades de desarrollo hacia Cristo.
“Un corazón que perteneció por entero a Dios, que se sintió amado fuertemente por Dios, que amo solo a Dios”