Eres dominica de Santa Catalina de Siena

 

Si la oración es tu fuente, el centro de tu vida que te capacita para mirar el mundo con los ojos de Dios, con profundas entrañas de misericordia.

Si el estudio es para ti espacio de encuentro con Dios en la búsqueda de la verdad, en la contemplación, que te mueve a proclamar el Evangelio del amor misericordioso y compasivo de Dios al mundo.

Si la vida en comunidad es para ti lugar de encuentro con Dios, de pertenencia, de amor, de aceptación y cuidado mutuo, lugar de búsqueda en conjunto para una común misión apostólica.

Si la evangelización es para ti camino de salvación, que te impulsa a caminar con los hombres y mujeres compañeros de peregrinación, hacia aquel mundo cuya luz es CRISTO y cuya única ley es el amor.

Si la evangelización es para ti camino de salvación, que te impulsa a caminar con los hombres y mujeres compañeros de peregrinación, hacia aquel mundo cuya luz es CRISTO y cuya única ley es el amor.

Si la pobreza es para ti expresión del amor a Cristo como única riqueza y tesoro de tu vida, que te posibilita a vivir con fe y esperanza la total confianza en Dios, con absoluta libertad ante los bienes y la entera disponibilidad para el servicio. 

Si tu obediencia se funda en la fe, te hace libre, te ensancha el corazón y te lleva a la entrega con humildad, compromiso y generosidad.

Si la penitencia es para ti llamada, conversión y entrega a Dios, que te lleva a un mayor crecimiento espiritual y te hace cada vez más abierta a los deseos del amor de Dios.

Si la penitencia es para ti llamada, conversión y entrega a Dios, que te lleva a un mayor crecimiento espiritual y te hace cada vez más abierta a los deseos del amor de Dios.

Y si eres todo esto, eres hija de Santo Domingo y de Santa Catalina, que vive el amor misericordioso de Dios, así como nuestra Madre Cherubine en el “Amor que Sana”, que nace y se fortalece en la experiencia del encuentro con Dios en tu propia vida.