Servir

El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos."

Mateo 20, 26-28

La gratuidad del amor de Jesús y la manifestación totalizante de su entrega se revelan en el lavatorio de los pies, una vida donada que se convierte en ejemplo para sus discípulos.

La comunión y la fraternidad se manifiestan; Jesús obra desde esa comunión con el Padre, muestra su disposición y deseo para buscar el bien de todo ser humano.

“El Señor y Maestro” se hizo siervo. Cada una de nosotras que formamos su comunidad debemos continuar con esta herencia para poder dar la vida al mundo desde los valores que Jesús realizó y enseñó. Y la única manera de reinar es servir, donarse a sí mismos, hasta “perder” la vida como lo hará Jesús en la cruz en una donación total.

Recordamos las palabras de San Pablo: “tengan los mismos sentimientos de Cristo” (Fil 2, 5) y lo que Jesús mismo nos dice: “El hijo del hombre no vino a ser servido sino a servir” (Mc 10,45). Como hermanas hijas de nuestra madre Cherubine, lo que nos inspira a servir es el amor. El amor a Dios y el amor a los demás. Dice el apóstol Pablo: “Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor y no para los hombres”. (Col 3,23). El verdadero amor a Dios se vive realmente en el prójimo. Jesús nos lo dice claramente “lo que hiciste a mis hermanos más pequeños, a mí me lo hiciste” y además con ejemplos prácticos. Esta caridad brota naturalmente del amor a Dios.

“Que rápido pasa el tiempo, y que poco se puede hacer para Dios!”
by Madre Cherubine

Madre Cherubine